Carlos Mora Vanegas
El verdadero buscador crece y aprende, y descubre que siempre es el principal responsable de lo que sucede. Jorge Bucay
Resumen
Mientras permanecemos con vida en esta dimensión, no debemos descuidar lo que representa la responsabilidad, su valor, alcance y las repercusiones que de ella se genera en todos los roles que desempeñamos, especialmente. en el concerniente a nuestro crecimiento espiritual que es lo trascendente.
¿Es usted responsable en sus acciones? ¿Qué le ha impedido ser responsable? ¿Cuál es su alcance? ¿Sus beneficios? , son algunas preguntas que ya a la altura de su vida tienen que tener repuestas y determinar claramente cuál es el alcance, razón de ser de la responsabilidad
Consideraciones generales, alcance, importancia.
Wikepedia nos recuerda al respecto, que la palabra responsabilidad, proviene del latín 'responsum', que es una forma de ser considerado sujeto de una deuda u obligación.
Es un valor que está en la conciencia de la persona, que le permite reflexionar, administrar, orientar y valorar las consecuencias de sus actos, siempre en el plano de lo moral. Una vez que pasa al plano ético (puesta en práctica), persisten estas cuatro ideas para establecer la magnitud de dichas acciones y afrontarlas de la manera más prepositiva e integral, siempre en pro del mejoramiento laboral, social, cultural y natural.
Se hace énfasis en señalar, que el cumplimiento responsable a nuestra labor humana, sea cual fuere, se regiría por principios como:
- Reconocer y responder a las propias inquietudes y las de los demás.
- Mejorar sin límites los rendimientos en el tiempo y los recursos propios del cargo que se tiene.
- Reporte oportuno de las anomalías que se generan de manera voluntaria o involuntaria.
- Planear en tiempo y forma las diferentes acciones que conforman una actividad general.
- Asumir con prestancia las consecuencias que las omisiones, obras, expresiones y sentimientos generan en la persona, el entorno, la vida de los demás y los recursos asignados al cargo conferido.
- Promover principios y prácticas saludables para producir, manejar y usar las herramientas y materiales que al cargo se le confiere.
- Difundir
Nos agrega además sobre el tema ideasrapidas.org, que una persona responsable toma decisiones conscientemente y acepta las consecuencias de sus actos, dispuesto a rendir cuenta de ellos. La responsabilidad es la virtud o disposición habitual de asumir las consecuencias de las propias decisiones, respondiendo de ellas ante alguien. Responsabilidad es la capacidad de dar respuesta de los propios actos.
Desde luego, se nos dice, que hay condiciones para que exista responsabilidad y que para que pueda darse alguna responsabilidad son necesarios dos requisitos:
- libertad.- Para que exista responsabilidad, las acciones han de ser realizadas libremente. En este sentido, ni los animales, ni los locos, ni los niños pequeños son responsables de sus actos pues carecen de uso de razón (y el uso de razón es imprescindible para la libertad).
- ley.- Debe existir una norma desde la que se puedan juzgar los hechos realizados. La responsabilidad implica rendir cuenta de los propios actos ante alguien que ha regulado un comportamiento.
Por su parte, proyectopv.org, nos comenta sobre la responsabilidad, que asumir una responsabilidad –ser responsable- es indicio de madurez. Cuando procuramos ayudar a nuestros hijos a ser personas responsables, los ayudamos a alcanzar la madurez. James Madison definió claramente los alcances de la responsabilidad: “La responsabilidad, para ser razonable, se debe limitar a los objetos que están dentro del poder de la parte responsable, y para ser efectiva debe relacionarse con operaciones de ese poder”. Las personas que no han alcanzado la madurez aún no son plenamente dueñas de sus poderes.
Se nos indica además un aspecto sumamente interesante, que vale la pena tomarse en cuenta como consideremos, que somos responsables por la clase de persona que hemos hecho de nosotros mismos. “Es mi modo de ser” no es excusa para una conducta desconsiderada o ruin. Ni siquiera es una descripción atinada, pues nunca somos así inevitablemente. Como señalaba Aristóteles, llegamos a ser lo que somos como personas mediante las decisiones que tomamos. La filósofa inglesa Mary Midgley señala que “el argumento más excelente y central del existencialismo es la aceptación de responsabilidad por ser lo que hemos hecho de nosotros mismos, el rechazo de las excusas falsas”.
Se nos recuerda además, que Soren Kierkegaard, predecesor del existencialismo en el siglo XIX, deploraba el efecto nocivo de las multitudes (rebaño) en nuestro sentido de la responsabilidad. “Una multitud es de por sí inauténtica, dado que vuelve al individuo impenitente e irresponsable, o al menos reduce al mínimo su sentido de la responsabilidad”. En sus Confesiones, San Agustín hizo de esta disminución de la responsabilidad ante la presión de los pares un rasgo central de su meditación sobre el vandalismo de su juventud, “todo porque nos avergonzamos de abstenernos cuando otros nos incitan a participar”. Pero insistía tanto como Aristóteles y los existencialistas en reconocer la responsabilidad personal por lo que había hecho. Un sentido débil de la responsabilidad no debilita el hecho de la responsabilidad.
Conclusión
En la medida que nos identificamos con la responsabilidad, con los que nos acciones involucran mientras permanecemos en esta dimensión, evitaremos que se sucinten problemas, conflictos que nos pueden afectar en todo lo concerniente a nuestro crecimiento personal y por ende espiritual. Por tanto, es muy válido cuando se dice, que las personas responsables son personas maduras que se hacen cargo de sí mismas y su conducta, que son dueñas de sus actos y dan cuenta de ellos, responden por ellos.
Will Allen Dromgoole, nos aporta un poema sumamente interesante en donde se plasma el alcance e importancia de la responsabilidad y nos dice que:
Un anciano, por un camino solitario, llegó en el frío y gris atardecer a un abismo vasto, ancho y profundo por donde rodaba un peligroso río. El anciano cruzó en la hosca penumbra (pues las aguas no lo amedrentaban) pero en la otra margen se detuvo y se puso a construir un puente. “Anciano –díjole otro peregrino-. Derrochas energías con tu obra; tu viaje habrá concluido con el día, y nunca más pasarás por estos rumbos; has cruzado el profundo y ancho abismo, ¿por qué construir un puente a estas horas?”.
El constructor irguió la gris cabeza. “Buen amigo, hoy en el camino me seguía –dijo- un joven cuyos pies también deben pasar por estos rumbos. Este abismo, que para mí no fue nada, puede ser fatal para ese rubio joven. El también debe cruzar en el crepúsculo; buen amigo, para él construyo el puente.
Docente de crecimiento personal. Exatec
Área de Postgrado de Faces de la Universidad de Carabobo
carmovane@gmail.com
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