Carlos Mora Vanegas
"Cuando la persona trabaja sola, dar significado al trabajo se vuelve mucho más importante que cuando se trabaja en una empresa" Ashford.
La potencia más grande del mundo, los Estados Unidos, afronta en el presente una grave crisis económica, que desde luego, ya esta originándole serio problemas, sobre todos a sus habitantes, a quienes deben laborar para obtener un ingreso que le permita sobrevivir, cubrir con sus necesidades.
Este hecho sin duda alguna, ha repercutido seriamente en la mano de obra laboral, en el que muchas empresas han tenido que despedir a sus trabajadores y estos, deben buscar la forma como poder seguir sobreviviendo con un trabajo que le garantice entradas.
Consecuencia de ello, ha conllevado a que surja lo que Universia Knowledge Wharton ha denominado en su escrito, publicado en su último boletín, el traspaso de De freelancers a teletrabajadores: Fórmula de éxito para el nuevo mundo del trabajo en solitario.
Nos indica la fuente señalada, que el lugar de trabajo de muchos americanos ha migrado de las oficinas multitudinarias a un mundo nuevo y solitario debido a que la economía sigue sumergida en la crisis y las empresas preocupadas por los costes dudan acerca de contratar personal. Freelancers, teletrabajadores y parados que se mantienen como pueden a base de trabajos temporales engrosan cada vez más las listas de americanos que trabajan ahora en un rincón de su propia casa, en un espacio del garaje e incluso en la mesa de la cafetería más próxima.
Para el trabajador solitario, recrear el lugar de trabajo va más allá de comprar un teléfono y un portátil. El trabajador solitario tendrá también que correr con la responsabilidad mayor de ocuparse de su imagen profesional, las oportunidades de networking, entrenamiento y motivación diaria, observan los profesores de Wharton y especialistas de otras instituciones. De lo contrario, corren el riesgo de perder contactos sociales importantes e incluso la oportunidad de crecer. Las empresas deberían preocuparse por esa laguna. A pesar del aparente ahorro de costes que el trabajador proporciona cuando ejecuta sus actividades fuera de la empresa, las relaciones remotas pueden tener como resultado fallos de comunicación y poner en riesgo la productividad a largo plazo.
No se sabe a ciencia cierta cuantos americanos trabajan de forma aislada. Según Freelancers Union, sindicato de trabajadores freelancers de Nueva York, los trabajadores independientes suman aproximadamente un 30% de la fuerza de trabajo de EEUU, aunque ese número no incluya a los teletrabajadores, que son empleados de la empresa, pero trabajan en casa. Además, muchos de esos trabajadores independientes —freelancers, trabajadores a tiempo parcial, consultores, prestadores de servicios, profesionales que trabajan por proyecto, temporales y autónomos— trabajan en lugares donde hay otros trabajadores en actividad.
Nos agrega además en su análisis la fuente, que la separación física de los compañeros crea desafíos internos y externos, destacan los profesores de Wharton. Uno de los más comunes: ante la ausencia de una oficina física, suele ser difícil para algunos profesionales encontrar el equilibrio entre trabajo y ocio. El aislamiento suscita la siguiente cuestión: "¿Cómo gestionar los límites entre el trabajo y el resto de las actividades de la vida?", se pregunta Stewart Friedman, profesor de Gestión de Wharton y estudioso de las relaciones entre cuatro áreas: trabajo, vida, comunidad e individuo. Para las personas de mentalidad independiente es más productivo trabajar en casa que en la oficina, porque eso las libera de distracciones y permite que trabajen de la manera que consideren mejor. Para otros, la vida personal es un impedimento. "Hay un porcentaje de actividades que pueden apartar la atención del trabajo. ¿Qué se puede hacer, entonces, para concentrarse en lo que realmente importa cuando es preciso? Es necesario mucha disciplina a la hora de crear esos límites".
Hay personas que necesitan más límites que otras, destaca Nancy Rothbard profesora de Gestión de Wharton que estudió la manera en que las personas mezclan o separan trabajo y vida personal. "Las personas tienen preferencias diferentes en lo que concierne a la gestión de esos límites", dice Rothbard. "Hay quien le gusta mezclar las esferas personal y profesional —gente que prefiere integrar trabajo y vida personal Hay también personas que se sitúan en el otro extremo e insisten en separar trabajo y vida personal". En el caso de este último grupo, trabajar en casa sería una "tragedia", añade Rothbard. "Sería un desgastante tremendo para ellas y difícil de administrar".
Ante esta realidad que es un hecho cierto y en determinar en donde debe ser el lugar ideal para trabajar en forma solitaria, nos dice Monica McGrath, consultora de liderazgo y profesora adjunta de administración de Wharton, que es recomendable un espacio en casa exclusivo para el trabajo, o una oficina compartida; no una cafetería cualquiera llena de distracciones. "La persona que decide trabajar en casa cree que necesita simplemente una mesa y un teléfono. Lo que ese profesional precisa, en realidad, es una nueva forma de entender su vida profesional", observa McGrath. Sin la estructura de la oficina, el trabajador solitario corre el riesgo de sucumbir "a la distracción de la lavadora, de las mascotas, de los vecinos, de los amigos en busca de compañía, del tedio u otras obligaciones. Aunque todas esas cosas puedan distraer al trabajador, el hecho es que él en ningún caso debe preocuparse de la lavadora en horario de trabajo".
Muy interesante en su análisis, es la acotación que proporciona la fuente cuando señala, que para quien trabaja solo, las cuestiones financieras suscitan también cuestiones relativas al significado de la vida. Susan J. Ashford, profesora de Gestión y de empresas de la Escuela de Negocios Stephen M. Ross de la Universidad de Michigan, dice que las cuestiones relativas a objetivos y significado salen a relucir más fácilmente entre profesionales que no tienen una empresa detrás de ellos. "Creemos que el trabajo en el caso de esas personas está íntimamente conectado al ego debido a que se trata de una actividad solitaria", dice Ashford. "No hay nadie al lado de ella para elogiar su desempeño, aunque los beneficios estén disminuyendo".
Por último es muy importante lo que se señala, que controlar el tiempo, el espacio y la motivación personal es sólo el primer paso: los trabajadores solitarios necesitan aparecer también con frecuencia en el radar de las otras personas, al mismo tiempo que se enfrentan a la percepción equivocada de que no están trabajando en realidad.
No cabe la menor duda, que la figura del trabajador solitario se presta para ser analizado bajo diferentes disciplinas a fin de determinar su alcance, lo que ello representa, sea bajo la óptica e investigación de la sicología, sociología, la misma administración. Qué sucederá al respecto si esto se sigue incrementando producto de la crisis económica norteamericana, es un tema que no puede ser descuidado.
*Fuente: Boletín de UK@W: 1 - 31 Agosto, 2011 www.wharton.universia.net
*Docente universitario, Gerencia de la calidad y productividad, Área de postgrado de Faces Universidad de Carabobo. Exatec
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