Carlos Mora Vanegas
Resumen
Los escenarios educativos en el presente se caracterizan por ser muy proactivos, dinámicos y necesitan de docentes, que además de dominar las nuevas tecnologías de la información y comunicación así los medios audiovisuales modernos, requieren de conocimientos de acuerdo a la realidad educacional del presente, conllevando todo ello a que se determine, defina cuáles deben ser las competencias laborales que se necesitan para garantizar un desempeño profesional óptimo.
Ricardo Fernández nos formula las siguientes preguntas: ¿Qué competencias habrá de asumir el profesor para dar respuesta a la sociedad del presente ? ¿Están los profesionales de la educación suficientemente preparados para asumir el reto tecnológico para la formación de las futuras generaciones? ¿La integración curricular de las nuevas tecnologías en el marco de la educación formal contribuirá a la mejora de los procesos de enseñanza- aprendizaje? . En este escrito nos adentramos en cuáles deben ser las competencias laborales, su alcance y repercusiones
Consideraciones básicas, definición, alcance
El profesor José Chichí Páez, del Área de Postgrado de Faces de la Universidad de Carabobo, programa Gerencia de la Calidad y Productividad, nos recuerda, en un escrito que redactó sobre el tema, que no olvidemos, que competencia laboral es la aptitud de un individuo para desempeñar una misma función productiva en diferentes contextos y con base en los requerimientos de calidad esperados por el sector productivo. Esta aptitud se logra con la adquisición y desarrollo que es expresado en el saber, el hacer y el saber hacer. (Mertens, 2000).
También nos indica ,que la Competencia laboral se refiere a conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes que son aplicados por el trabajador en el desempeño de su ocupación o cargo en correspondencia con el principio de "idoneidad demostrada" y los requerimientos técnicos, productivos y de servicio, así como los de calidad, que se le exigen para el adecuado desenvolvimiento de sus funciones
Nos insiste el Prof. Páez en señalar, que tomando en cuenta que las competencias se refieren a situaciones reales, las instituciones de aprendizaje -independientemente de su nivel- tienen que garantizar la reproducción de las mismas lo más posible, o poner al alumno o aprendiz directamente en contacto con la realidad del mundo empleador (productivo, bienes o servicio).
Con estos conceptos, todas las instituciones de aprendizaje en sus respectivas áreas de influencia de formadores de talento humano, deben implementar una estrategia que garantice el híbrido teoría-práctica, la díada docencia-producción, todo ello con estrecho vínculo entre el estudio y el trabajo, en aras de lograr la unidad monolítica deseable: integral.
Por la antes expuesto, toda institución educativa comprometida con los procesos de aprendizaje debe tener como única misión "la formación de competencias laborales". Por su parte, el sector empleador (público y privado) debe también estar involucrado con la misión-meta del desarrollo de la formación técnica y profesional de sus recursos humanos. Las normas vinculantes entre estudio-trabajo crean magníficas condiciones para esta clase de formación desarrolladora (que permite alcanzar la capacidad funcional).
Con estos conceptos, todas las instituciones de aprendizaje en sus respectivas áreas de influencia de formadores de talento humano, deben implementar una estrategia que garantice el híbrido teoría-práctica, la díada docencia-producción, todo ello con estrecho vínculo entre el estudio y el trabajo, en aras de lograr la unidad monolítica deseable: integral.
Por la antes expuesto, toda institución educativa comprometida con los procesos de aprendizaje debe tener como única misión "la formación de competencias laborales". Por su parte, el sector empleador (público y privado) debe también estar involucrado con la misión-meta del desarrollo de la formación técnica y profesional de sus recursos humanos. Las normas vinculantes entre estudio-trabajo crean magníficas condiciones para esta clase de formación desarrolladora (que permite alcanzar la capacidad funcional).
Lo cierto que, los escenarios de la educación en el presente requieren de un nuevo perfil del docente que sea un verdadero aval en su profesionalización, capaz de aportar los conocimientos, herramientas necesarios para que los profesionales que forma puedan aportarlos de tal fmanera , que favorezca a todos.
Es muy válido lo que sobre ello nos comenta Graciela Bar, que no olvidemos, que el docente es el actor principal en el proceso de mejoramiento de la calidad educativa pues es el nexo en los procesos de aprendizaje de los alumnos y las modificaciones en la organización institucional. Las reformas educativas se traducen en las escuelas y llegan al aula por medio del docente.
En el ejercicio del rol profesional, intervienen factores concomitantes tales como el contexto socio económico, el compromiso de la comunidad, la autonomía en la toma de decisiones, la preparación científica y pedagógica y el entrenamiento en los mismos procesos de aprendizaje que pondrá en práctica, centrada en la reflexión y la investigación sobre su ejercicio profesional.
En la profesionalización sabemos, inciden la formación inicial, la capacitación, las condiciones de trabajo, esto es la continuidad laboral, acceder a una carrera profesional acorde con los logros pedagógicos de los proyectos educativos del establecimiento, las remuneraciones, la infraestructura escolar y el equipamiento didáctico.
Por tanto es muy importante, que la sociedad cuente con maestros y profesores eficaces y eficientes para poner en práctica distintos y adecuados recursos y en las ocasiones oportunas, con el fin de acceder a mejores logros educativos. Aquí, no hay que confundir “modernidad” con mera introducción de cambios y “transformación” con el empleo de un lenguaje que sólo modifica terminologías para significar lo mismo, sin aportar beneficios de conocimientos ni de aplicación.
Hoy se requieren de nuevas competencias laborales que garanticen a los decentes que sean capaces de acomodarse a continuos cambios como lo señala Ricardo Fernández Muños, tanto en el contenido de su enseñanza como en la forma de enseñar mejor. No cabe la menor duda nos dice Fernández, que en las nuevas competencias laborales se debe tomar en cuenta, que las nuevas tecnologías están transformando la ecología del aula y las funciones docentes, y estos cambios están induciendo una mutación sistemática en las teorías y en las prácticas didácticas. El desarrollo tecnológico actual nos está situando ante un nuevo paradigma de la enseñanza que da lugar a nuevas metodologías y nuevos roles docentes con nuevas competencias. Agrega Fernández en su análisis, que en el momento actual no podemos seguir considerando a los docentes como almacenes del saber y por lo tanto dispensadores omnipotentes del conocimiento.
La cantidad de información que existe sobre cualquier tema es de tal envergadura que es imposible pensar que puedan existir personas que pretendan saber todo de todo. Afortunadamente están los medios electrónicos para ayudar con este volumen de información.
En la sociedad de la información el modelo de profesor cuya actividad se basa en la clase magistral es obsoleto. Las redes telemáticas pueden llegar a sustituir al profesor si éste se concibe como un mero transmisor de información, ya que en las redes tienen gran capacidad para almacenar información y desde ellas se puede adaptar dicha información a las necesidades particulares de cada alumno.
El profesor no puede ni debe competir con otras fuentes informativas, sino erigirse en elemento aglutinador y analizador de las mismas. En el momento que vivimos no basta con saber el contenido de la materia para enseñar bien. El profesor debe ser un conocedor de su materia, pero además ha de aprender a ser un experto gestor de información sobre la misma, un buen administrador de los medios a su alcance, y desde esta orientación, dinamizar el aprendizaje de sus alumnos. Una ayuda eficaz para la gestión de la información que aceleradamente se genera en la sociedad de la información y la comunicación con las Nuevas tecnologías.
Desde esta perspectiva se desprende un cambio importante en el papel del docente, que pasará de ser expositor a guía del conocimiento y, en última instancia, ejercerá como administrador de medios, entendiendo que estos medios de comunicación constituyen un aporte muy significativo al cambio o innovación de la educación al generar nuevas posibilidades de expresión y participación, Se nos recalca, que el docente con sus nuevas competencias deberá desempeñar más función más de gestor del aprendizaje de sus alumnos que de transmisor de conocimiento
Nos indica Fernández en síntesis, que las competencias básicas que debe tener todo docente serían: dominio de la materia que imparte, cualidades pedagógicas (habilidades didácticas, tutoría, técnicas de investigación
Conocimientos psicológicos y sociales…), habilidades instrumentales y conocimiento de nuevos lenguajes
y características personales (madurez, seguridad, autoestima, equilibrio emocional, empatía, cultura general.
Docente Área de Postgrado de Faces, Universidad de Carabobo. Programa gerencia de la calidad y productividad. Exatec.
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