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sábado, 6 de agosto de 2011

MUCHO CUIDADO CON EL CHANTAJE EMOCIONAL

Carlos Mora Vanegas
Cuando usted se enfrenta a una situación difícil, haga una pausa y con honestidad conteste esta pregunta: Estoy encarando esta situación emocionalmente o profesionalmente? - Suze Orman
Resumen
Es lamentable que sea un hecho cierto , que de   el chantaje emocional, que algunos lo utilizan en pro de sus beneficios, sin importar el daño que ello puede originar, sin tomar en cuenta su alcance, repercusiones, de ahí la  importancia de estar atento en la forma como manejamos nuestras emociones, como las compartimos. El chantajista emocional es un manipulador de emociones. Raramente cumple sus amenazas encubiertas porque si lo hiciera, la palabra "emocional" sobraría. Y estaríamos ante otro problema
Anotaciones básicas, generalidades, alcance, actores
elrefugiodelaplaya.com señala, que esta modalidad de manipulación moral se usa para intentar que una persona haga lo que otra quiere; de tal modo que, mientras la primera no ceda, se convertirá en víctima del miedo, la duda y el sentimiento de culpabilidad. Esta técnica se aprende en la más tierna infancia y suele ser utilizada, algunas veces, de forma inconsciente
Se nos agrega que, para que el chantaje emocional se produzca, tienen que  asistir "al acto" un chantajista y un firme candidato a ser chantajeado. Si la posible víctima le ve el plumero al manipulador e ignora sus pretensiones, el chantaje no se produce. Pero hay más elementos. Aunque a veces puede exigirse algo muy legítimo, como una deuda sobre quien puede afrontarla de sobras, lo habitual es traspasar las fronteras de la ética. Todo chantaje emocional arranca con una exigencia. A veces, la exigencia se disfraza de petición.
Por tanto, se tiene  al chantajista por un lado, a la víctima por el otro, y a una exigencia de por medio. Naturalmente, si ésta se satisface, el chantajista no malgastará sus energías y se dedicará a otra cosa. Por tanto, para que se produzca el proceso de chantaje, tiene que haber una resistencia a la exigencia formulada.
El chantajeado que se niega a cumplir con las pretensiones del chantajista tendrá que pasar por la ceremonia del sermón emocional. En éste se incluyen alusiones a la amistad, al amor, la solidaridad, la confianza, la pareja, etc. Ahí empieza a surgir el miedo, la duda, la culpabilidad, y la debilidad. Frases como "no me hubiera imaginado que pudieras fallarme en un momento así", o "pensaba que eras un amigo de verdad", o "en tus manos está perder la mejor oportunidad de nuestra vida", etc. son disparadas a discreción.
Todo el sermoncete está construido para minar la oposición de la víctima escogida. Si ésta cede, aquí se acaba todo: el chantaje emocional ha conseguido, una vez más, su objetivo. Si no cede, habrá más ataques hasta lograr derribar a la presa. Las frases suben de tono y ya contienen amenazas encubiertas: "en esta empresa sólo hay lugar para personas dispuestas a entregarse al máximo: me lo pones muy difícil" (es decir, si no haces lo que te digo, entiendo que no te entregas lo suficiente y por tanto igual te sustituyo por otra persona y te quedas en la calle; recuerda que tienes hipoteca y 3 hijos que mantener). El sermón puede durar varios días.
Nos agrega también,  inteligencia-emocional.org que consideremos también, que el chantajista emocional construye su estrategia consciente e inconscientemente en base a la información que nosotros le suministramos acerca de lo que nos causa miedo. Observan de qué cosas huimos y qué cosas nos ponen nerviosos, se fijan en cómo reaccionamos físicamente en respuesta a las cosas que sentimos. No es que tomen nota activamente y registren la información para utilizarla luego en contra de nosotros; todos absorbemos ese tipo de conocimientos sobre las personas que nos rodean. En el chantaje emocional. El miedo transforma también al chantajista. De una manera simple, podemos decir que el miedo que siente el chantajista emocional de no obtener lo que desea se vuelve tan intenso, que lo único que atina a hacer es centrar su atención en el resultado deseado, lo cual le imposibilita apartar su mirada del objetivo y percibir de qué manera su forma de actuar nos afecta a nosotros.
Nos indica y comenta además la fuente señalada, que el precio que pagamos cuando cedemos reiteradamente al chantaje emocional es enorme. Los comentarios y actitudes del chantajista nos hacen sentir desequilibrados, avergonzados y culpables. Sabemos que tenemos que modificar la situación y, reiteradamente, nos prometemos que lo haremos, sólo para encontrarnos, una y otra vez, burlados y manipulados, como que hemos caído de nuevo en una emboscada.
Comenzamos a dudar de nuestra capacidad de mantener las promesas que nos hacemos y perdemos la confianza en nuestra eficiencia. Nuestra autoestima se va erosionando. Y lo peor de todo es , quizás, que cada vez que nos rendimos al chantaje emocional, perdemos contacto con nuestra propia integridad, esa brújula interior que nos ayuda a determinar cuáles deberían ser nuestros valores y nuestra conducta. A pesar de que el chantaje emocional no es un abuso psicofísico violento, no hay que caer en la tentación de suponer que el precio que se paga no es muy elevado. Cuando convivimos con él, el chantaje emocional nos carcome y se expande hasta dañar en lo más hondo nuestras relaciones más importantes y nuestra propia autoestima.
Muy interesante en el alcance, lo que involucra el tema considerar lo que nos aporta la fuente de información, los seis síntomas del chantaje emocional, a saber: la exigencia, resistencia, presión, amenazas, obediencia, reiteración. Estas características constituyen el núcleo del síndrome del chantaje emocional.
No hay que olvidar como comenta personalidadyrelaciones.com, que  el chantaje emocional es una práctica habitual de maltrato psicológico que denota debilidad e inseguridad en quien lo practica y servidumbre en quien lo padece. La imposición se lleva a cabo utilizando los sentimientos como arma. La negación a aceptar las exigencias del otro se califica de traición a la amistad o el cariño.
El chantaje emocional es una de las prácticas psicológicas más utilizadas, pero no por ello es legítima. De una forma inconsciente o voluntaria, se presiona a otras personas, víctimas del chantaje emocional, para que actúen, digan o piensen de una determinada manera, aunque vaya en contra de sus principios.
Conclusión
Hay que evitar a toda costa caer  en manos de los chantajistas emocionales, por lo que ello origina, tener muy presente lo que indica hispavista.com ,  que el chantaje emocional, es una forma de manipulación muy poderosa en la cual personas queridas o cercanas nos amenazan, directa o indirectamente, con castigarnos de alguna manera sino hacemos lo que ellos quieren. El chantajista no conoce parentesco, amistad o autoridad, el manipula porque sabe cuánto valoramos la relación que nos une, escudándose o disfrazando su verdadero plan, con sentimientos, por rencor o por no saber perder, como otras grandes virtudes. El chantaje emocional es una práctica habitual de maltrato psicológico que denota debilidad e inseguridad en quien lo practica y servidumbre en quien lo padece. La imposición se lleva a cabo utilizando los sentimientos como arma. La negación a aceptar las exigencias del otro se califica de traición a la amistad o el cariño.
·        Docente universitario, Área de Postgrado de Faces. Exatec
·        Cátedras de Comportamiento organizacional y desarrollo personal. Aula virtual. Área de Postgrado de Faces. UC





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