http://www.youtube.com/watch?v=5KSbyM1GRO8

miércoles, 4 de mayo de 2011

LA REALIDAD DE LA GERENCIA PÚBLICA VENEZOLANA

Carlos Mora Vanegas

Algunas veces las estrategias son más importantes que la innovación en sí misma. El problema es que raramente te dejan una segunda oportunidad. Peter Drucker
Resumen
Deja mucho  que decir la realidad de la empresa pública venezolana, especialmente en todo lo concerniente a sus servicios, en donde hay muchísimos errores que afectan seriamente su gestión.
Errores que deben ser tomados muy en cuenta por su gerencia a fin de llevar a cabo las transformaciones necesarias para poderlas calificar de eficientes, organizadas, productivas.
 De aquí el objetivo de este artículo incursionar en ella y evaluar su alcance, como también proporcionar algunas sugerencias que  den paso a las transformaciones correctivas a fin de que puedan cumplir con su misión, razón de ser.
 Consideraciones básicas, generalidades
  Alrededor del tema se tiene un estudio realizado por la doctora  Elena Granell, en 1997. En la página 130 de su libro, El Perfil del Gerente Social, Ediciones Fundación Escuela de Gerencia Social, se presentan las características compartidas más notorias de la gerencia pública venezolana. Estas son: un alto nivel de educación superior; pobres habilidades gerenciales; desesperanza aprendida; una visión y sentido de dirección poco claros; ausencia de planificación y visión cortoplacista de resultados.
¿Nos da esto una idea de la capacidad de la  gerencia pública para diseñar, implantar y mantener servicios públicos de calidad?. ¿Tienen los gerentes públicos venezolanos alguna responsabilidad en el desarrollo y fortalecimiento de su gente?, Además de ¿cómo podrán impactar estas creencias en su desempeño, en su liderazgo, en su espíritu para competir contra la crisis y en su comportamiento como ciudadanos?. ¿Tienen estas creencias y prácticas alguna relación con las actitudes gerenciales de los servidores públicos hacia el cambio, el aprendizaje organizacional y la gerencia del conocimiento en las organizaciones gubernamentales venezolanas?.
Se nos dice, comenta, que lo relevante del asunto está en que la esperanza pasiva, es la típica esperanza de quien dice, por ejemplo: “voy a dejar de fumar este año”, pero no se ejecuta ninguna acción; “espero que mi situación económica mejore este año”, pero no me ocupo de realizar las actividades que yo controlo como empresario o como persona; “espero que tal partido político o candidato no gane las elecciones”, pero no voy a votar y me quedo en mi casa criticando el proceso.
Es decir, cuando el sujeto tiene esperanza pasiva, sencillamente tiene un nivel de compromiso y de ejecución muy bajo, y no hace que las cosas ocurran por obra y gracia de su esfuerzo propio. Esperanza activa es todo lo contrario: es la anticipación positiva de que un evento va a ocurrir, acompañada de esfuerzos personales, reiterados y sostenidos para que el evento tenga lugar.
Ahora bien, imaginemos qué significa  el que nuestros gerentes públicos tengan el síndrome de la desesperanza aprendida. Por supuesto, ello implica que no tienen la más remota esperanza, ni pasiva ni activa, de que su situación va a mejorar; y tampoco que sean capaces de llegar a ser servidores públicos eficientes y competentes, mucho menos que se van a ocupar del desarrollo del liderazgo y del espíritu para competir de su gente.
Lo cierto, que la gerencia pública venezolana esta contaminada de grandes errores que deben ser corregidos, si realmente se quiere garantizar eficacia, eficiencia, buenos resultados.
 Justamente , al respecto de esta gerencia, nos aporta en su análisis Omar Gómez Castañeda, los ejecutivos del sector público,en su gran mayoría,distan considerable mente del perfil deseable de un eficiente gerente público porque son puestos por clientelismo político, en casi la totalidad de los casos y presentan un cuadro “nefasto” para el despliegue de sus potencialidades. Los pocos “buenos y aceptables gerentes” pueden venir del sector privado ,aunque tampoco es una panacea en Venezuela, pero funciona mejor en una cuantía bastante significativa. Hay otros que se mejoran a si mismos y buscan constantemente una mejor profesionalización. Pero, en definitiva, la gerencia pública presenta más ó menos los siguientes rasgos:
*El ingreso a los cargos de gerencia media y alta no requiere requisitos de capacidad profesional.
*No están definidas las fuentes de reclutamiento. Gran parte de estos cargos son cubiertos de fuentes externas. No existe continuidad de carrera pública administrativa. Todo depende de las conexiones que cada particular tenga con el partido y gobierno de turno.
*No existe un organismo orientado a la formación de gerentes públicos que sirva como fuente sistemática de reclutamiento y selección.
*No existe evaluación de rendimiento ni expectativa institucionalizada de permanencia.
*Para un funcionario cualquiera, la decisión de aceptar un cargo gerencial representa un riesgo que compromete su estabilidad.
*Los cargos gerenciales no son descritos y evaluados por lo que se desconoce su perfil y los requerimientos para su desempeño.
*No se determinan las diferencias de responsabilidad y complejidad entre los cargos. No hay criterios idóneos para asignarles remuneración.
*Se desconocen los factores e indicadores de una buena gestión.
*Los cargos gerenciales están sujetos al llamado “sistema del botín”, es decir, como los antiguos bucaneros ingleses que atracaban los pobres barquitos españoles llenos de joyas, oro y especies.
*Excesiva individualidad en los gerentes, en perjuicio del trabajo en equipo.
*Predominio absoluto de la subjetividad y de la intuición en la toma de decisiones. Se ignora totalmente el conocimiento del saber. No tiene “importancia”.
*Se toma decisiones por el tráfico de influencias.
*Resistencia ante los consejos y recomendaciones de especialistas.
*Mentalidad de cobrar los 15 y 30 y si hay una actividad adicional que realizarse pregunta usualmente:¿Cuánto hay para eso?.
*Promiscuidad sexual y de todo tipo entre los gerentes y los empleados y/o obreros.
*Temor a la delegación de autoridad hacia sus colaboradores.
*Predominio de expresiones externas de status.
*Deficiente capacidad para enfrentar situaciones y problemas.
*Carencia de experiencia.
*Escaso conocimiento de las normas jurídicas que condicionan sus decisiones.
*Limitadas capacidades y habilidades para comprender la conducta humana así como para motivar al personal.
*Insuficiente formación en materia de tecnología administrativa relevante.
*Insuficiente preparación para actuar en un marco de escasez de recursos y para negociar con actores intra y extraorganizacionales, y
*Ausencia relativa, más bien absoluta, de un sentido de previsión y de pensamiento estratégico
A todo ello se puede agregar, que las organizaciones públicas no tienen sistemas administrativos bien definidos,  liderazgo proactivo, excesiva burocracia, como ausencia de una buena  gestión de servicios.
Conclusión
 Definitivamente, la gestión en la empresas públicas ha dejado mucho que decir, especialmente en el caso de Venezuela, no solamente es su pasado , sino  aun en el actual gobierno, en donde afloran grandes irregularidades  producto de los  muchos factores que no se han podido corregir, y en donde las mismas universidades, Escuelas de administración no consideran el rol que la gerencia debe desempeñar en la administración pública, el perfil que deben cubrir los gerentes encargados de su gestión, descuidando muchos conocimientos, herramientas que  deben considerarse para garantizar un buen desempeño y sobre todo, saber interpretar las necesidades de servicio al cliente y los programas de gobierno en donde estas requieren de una buena participación.
Es necesario definir las competencias que debe llenar un gerente de la administración pública, funciones a desempeñar y hacer más eficaz su gestión, avalándose en los conocimientos modernos que la ciencia administrativa aporta,
**Docente jubilado, Área de postgrado de  Faces, Universidad de Carabobo.- Exatec

No hay comentarios:

Publicar un comentario