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sábado, 25 de diciembre de 2010
AMENAZADA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA
CAMOVA
Los países que integran este planeta Tierra se verán afectados en su seguridad alimentaria, especialmente los pocos desarrollados , tornandose un serio problema para la Humanidad
Al respecto la FAO, como lo señala ecoportal.net el pasado septiembre, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), anunciaba en un comunicado de prensa que 925 millones de personas en el mundo sufrían hambre. Aunque se ha logrado descender de los 1023 millones contabilizados en 2009, la actual cifra sigue siendo "inaceptablemente alta", según la propia organización. Entre los factores que influyeron para este significante descenso, la FAO destaca el crecimiento económico en algunos países y la reducción en los precios de los alimentos.
Se nos agrega, que en diciembre de 2009 que los alimentos mantenían precios elevados. Según una escala que confecciona esta institución, en noviembre de 2009 el índice de precios de los alimentos mantuvo una media de 168 puntos. Este nivel fue un 20% inferior al máximo histórico de junio de 2008, cuando la crisis mundial en los precios estaba en pleno apogeo. Sin embargo, antes de 2007, este valor nunca superó los 120 puntos y durante la mayor parte del tiempo se mantenía por debajo de los 100. Estas cifras indican claramente que, en los últimos años, los alimentos han experimentado incrementos espectaculares en sus precios que amenazan la seguridad alimentaria de millones de personas.
La FAO, fiel a los intereses de quienes controlan los recursos agrícolas para enriquecerse, enumeró los factores que a su juicio ocasionaron la subida. Por ejemplo, dicha organización justificó que el aumento en 2007 y 2008 fue inducido por las malas cosechas, la reducción de las reservas mundiales de cereales, el alza en los precios del petróleo y el desvío de cultivos para alimentar depósitos de coche en detrimento de los estómagos humanos (agrocombustibles). También por las restricciones a la exportación impuesta por algunos países cuando estalló la crisis de los precios, la debilidad del dólar y la especulación en los mercados financieros.
Nos agrega Vicente Boix, que en los meses de agosto y septiembre de 2010, en la bolsa de futuros de Chicago (el principal nido de especuladores) el trigo sufría un incremento del precio de un 60-80% respecto al mes de julio. Al parecer, algunos brokers vieron una oportunidad de oro en la prohibición de las exportaciones de trigo en Rusia y la escasez en otros países como Ucrania y Canadá. Las multinacionales alimentarias también reaccionaron ante el temor de la escasez. Por eso realizaron contratos de futuros y acapararon toneladas de trigo.
Los precios, lógicamente subieron y los países de África exigieron a la FAO soluciones en la volatilidad de los mismos. El aumento del 30% en el precio del pan, originó en Mozambique disturbios que han dejado a varios muertos . Todavía no son más noticia que los exabruptos de Mourinho y las cantinelas de Belén Esteban, pero todo es cuestión de tiempo. El maíz también se ha incrementado un 40%, el arroz un 7% y esta tendencia alcista, de seguir, podría arrastrar a otros alimentos básicos y materias primas como los piensos. Esta volatilidad obligará a los 77 países más pobres del mundo a gastarse un 8% más de dinero en comprar alimentos. Más pulgas para los perros flacos
Por otro lado, el café tampoco se ha escapado de esta vorágine especuladora. A finales de septiembre, la ONG española ESPANICA -que importa café de comercio justo desde Nicaragua- informaba a sus socios que los precios internacionales del café estaban creciendo debido a que los grandes operadores se estaban aprovisionando de cantidades importantes de grano. Es posible que este acopio de café sea para introducirlo posteriormente al mercado, reduciendo los precios a niveles de hambre y ahogando a millones de agricultores y pequeños competidores.
A pesar de todo, diversos expertos de países miembros de la FAO, reunidos también a finales de septiembre, reconocieron que "las malas cosechas inesperadas en algunos de los principales países exportadores, seguidas de medidas políticas a nivel nacional y las maniobras especulativas, han sido los principales factores detrás de la escalada reciente de los precios mundiales y de la elevada volatilidad presente, más que las leyes del mercado global." Los expertos se comprometieron a "explorar enfoques alternativos para mitigar la volatilidad", miraron de reojo al todopoderoso "Dios Mercado", pero ni le tosieron y es más, lo excusaron.
En octubre de 2010, la situación de los precios provocó un ligero cambio de planteamientos. El Comité de Seguridad Alimentaria de la FAO demandó "...actuar de forma urgente en cuestiones clave relacionadas con la seguridad alimentaria y la nutrición como la tenencia de la tierra y las inversiones internacionales en agricultura, la volatilidad de los precios de los alimentos..." y pidió examinar "las causas y consecuencias de la volatilidad de los precios alimentarios, incluyendo las prácticas que distorsionan el mercado y los vínculos con los mercados financieros...
Desde la FAO y otros estamentos como la Comisión Europea, alegan que una crisis como la de 2008 queda lejos. Afirman que hay disponibilidad, que hay reservas suficientes e incluso la FAO señala que la previsión en la producción mundial de cereales para 2010 podría ser la tercera mayor registrada hasta hoy . Pero aún así y a pesar del optimismo, los precios de los alimentos están ascendiendo por más valeriana que inyecten desde Bruselas y Roma.
A principios de noviembre de 2010, en el estado español, alguna marca de pasta ya comunicó aumentos del 15% para inicios de 2011, como consecuencia de la subida del precio del trigo. Los supermercados y distribuidores, dueños y señores de la cadena alimentaría, también han vaticinado incrementos en los precios de ciertos productos
Muy relevante lo que se comenta, que millones de hectáreas en el mundo -especialmente en los países del sur- ya no satisfacen las necesidades alimentarias de sus pueblos, sino que se han transformado en factorías para cultivar productos destinados a los países económicamente ricos. Los agrocombustibles porque han supuesto la más reciente vuelta de tuerca, pero no hay que olvidar que existen otros productos como la soja que acaba de forraje para el ganado, el algodón, el café, el azúcar, flores y decenas más de productos agrícolas que se producen en países pobres, bien porque sólo pueden brotar en ciertos climas o bien porque es más rentable producirlos en dichos lugares.
El tinglado hoy en día se mantiene. Con la crisis de los precios millones de personas soportaron hambre, mientras unas pocas transnacionales de granos, productos agroquímicos, semillas, agroexportadoras, así como grandes cadenas de supermercados y especuladores, lograron en 2007 y siguen generando ahora, extraordinarios beneficios gracias a que conforman oligopolios y controlan toda la cadena productiva.
Nos señala además Vicente Boix, que en España, en el año 2005, el 90% de la venta de alimentos estaba controlada por la distribución moderna y es más, el 75% del total lo manejaban cinco supermercados y dos centrales de compra. Esta concentración de la oferta creció en la medida que cerraban sus puertas más de 70.000 tiendas tradicionales en la última década . Cifras similares se repiten en otros países. En Suecia en el año 2000, tres distribuidores modernos acaparaban el 95,1% de la venta de alimentos. En Dinamarca eran seis los que controlaban el 63,8%. En Argentina tres conseguían una cuota del 45,3% y en Chile tres más obtenían un 39,6% del total .
Este fenómeno del intermediario es bien conocido a nivel mundial. En julio de 2004 pude asistir al IV Foro Mesoamericano por la Diversidad Biológica y Cultural, celebrado en el municipio salvadoreño de Carolina. Durante varios días pude entrevistar a agricultores y expertos de Panamá, Costa Rica, Nicaragua, México, Honduras, El Salvador, etc. Todos ellos reconocieron el problema del intermediario, (conocido también como "el coyote") y la inexistencia de financiación para sus cultivos, junto a una tercera causa: la entrada de los excedentes de los países del norte, que al estar subsidiados compiten y desplazan la producción local (dumping).
Se comenta también, que el país más populoso del mundo cultiva casi un tercio del arroz y el algodón del mundo y produce aproximadamente la mitad de la carne de cerdo. Una caída de la producción podría sostener los precios globales. El arroz ha subido 15% en Chicago desde el 30 de junio, en tanto que el algodón ha avanzado 26% en los últimos 12 meses en Nueva York. Las inundaciones también hicieron subir los precios de los alimentos en China, el mayor consumidor.
cienciasycosas.blogspot.com señala que "si nos guiamos por la historia, las inundaciones de 1998 llevaron a una subida del 16% en el precio promedio de los granos en el segundo semestre en comparación con los anteriores a las inundaciones".
En definitiva se dice, la crisis alimentaria ha sido relacionada por parte de los movimientos y activistas partidarios de la soberanía alimentaria con el impacto de las políticas neoliberales en los países del tercer mundo. La activista y autora en favor de la soberanía alimentaria Esther Vivas considera que la crisis alimentaria "responde al impacto de las políticas neoliberales que se vienen aplicando desde hace treinta años a escala global. Liberalización comercial a ultranza a través de las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio y en los acuerdo de libre comercio y las políticas de ajuste estructural, el pago de la deuda externa, la privatización de los servicios y bienes públicos son sólo algunas de las medidas que se han venido imponiendo por parte del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional en las últimas décadas en los países del Sur
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