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sábado, 25 de diciembre de 2010

EL ECOSISTEMA PLANETARIO CADA VEZ MAS EN CRISIS


CAMOVA
Lo único que es un fin en sí mismo es el hombre, nunca puede ser utilizado como medio Inmanuel Kant
Generalidades, alcance, repercusiones
Es inaudito, que a pesar de tanto que se pregona sobre la importancia de cuidar, preservar el planeta, especialmente, todo lo que concierne a su ecosistema, medio ambiente, este cada vez se está deteriorando, desde luego,  hay evidencias de ellos con los cambios de climas que han afectado a muchos países,  así como con la desaparición de muchas especies animales, contaminación del agua, tanto en los ríos como en los lagos, mares, además  de la deforestación, contaminación del aire ,que tanto estragos está originando, apareciendo nuevas enfermedades, turbulencias ambiental, terremotos, inundaciones, lluvias catastrótíficas, en fin,  una amenaza para la humanidad  , no garantizándose un porvenir alargador.
Preocupa, como lo señala  Ricardo Natalicho, que con el aumento constante de la emisión de gases de efecto invernadero, la modificación de la mayor parte de la estructura vegetal, la contaminación del agua y otros tantos factores que hemos introducido al complejo sistema que mantiene la vida en la Tierra tal como la conocemos, hemos activado incontables eco-bombas de tiempo.
Calamos tan hondo en el ecosistema planetario, que modificamos el ritmo de la naturaleza. Tanto que iniciamos una nueva Era geológica, a la que por su origen humano algunos llaman Antropoceno, aunque consideramos que sería mejor pensar en un nombre más apropiado, ya que el origen está más emparentado con las características ambientalmente dañinas del sistema económico-político capitalista, preponderante en este momento de la historia humana, que con el Ser Humano como especie.
Muchas de esas eco-bombas ya han explotado y sus devastadores efectos encienden las luces de alarma de una sociedad en la que predomina una inocente inconciencia colectiva, totalmente funcional a este sistema predador y codicioso. Una sociedad encandilada por el brillo de los medios desarrollados por los dueños del mercado, para mantenernos presos de una forma de vida basada en el consumo de sus productos. Pero muchísimas otras permanecen activas, a la expectativa, a punto de detonar en cualquier momento. Y no solo no estamos haciendo nada por desactivarlas, sino que día a día las hacemos más poderosas.
De continuar por este camino, los huracanes, las sequías e inundaciones, los incendios forestales, la desertización de los suelos y todos los demás efectos del calentamiento global que hemos visto hasta ahora, no serán nada. El cambio climático es como una bola de nieve que a medida que cae por la ladera de la montaña se va agrandando cada vez más. Si no cambiamos drásticamente nuestro modo de vida, de relacionarnos con la naturaleza, lo peor está por venir.
Sea grega, que lo delicado  del Cambio Climático, lo que viene, no lo veremos por televisión como ha ocurrido hasta ahora para muchos de nosotros, sino que lo viviremos en carne propia estemos donde estemos, porque afectará en forma directa a todos y cada uno de los habitantes del planeta.

 Lo cierto, que mientras  permanecemos con vida en este planeta y estamos  ubicados en el país que hemos seleccionado para vivir, debemos preocuparnos por hacer que las autoridades, sus habitantes, todos los medios de divulgación necesarios se identifiquen con la importancia de  una vez por todas evaluar la seriedad de lo que afrontamos en relación al deterioramiento del ecosistema. Debemos también como actores principales, especialmente los que sufriremos las consecuencias, colaborar a evitar que esto se siga dando.
Tómese muy en cuenta lo que señala larevsita unam.mx que desde hace más de tres décadas los científicos vienen avisando de que el ritmo de consumo de los recursos es insoportable, que el planeta no lo puede aguantar, y que su deterioro irreversible está asegurado (Cfr. Meadows et al. 1972, 1993 y 2006). Pero aterrorizados por la crisis financiera y económica planetaria (resultado en gran medida del reventón de la burbuja especulativa, no se olvide) la "salida" por la que se ha optado es la de impulsar la recuperación del ritmo de las actividades productivas, perpetuando el actual modelo, el sistema productivista, depredador del ecosistema y de sus recursos, aunque se perciba como inviable y sin futuro. Se intenta reanimar a este enfermo, consumiendo ingentes capitales públicos, sin percatarse de la dolencia lo ha llevado a una situación terminal e irreversible. No estamos ante una crisis más, no se trata de un ciclo, de las vacas flacas que suceden a las gordas. La realidad es mucho más cruda: llevamos dos siglos comiéndonos las vacas, y como sigamos así, en el futuro no habrá vacas, ni magras, ni rollizas.
Las realidades ciclópeas, monolíticas, a veces se desploman sin avisar (en Cálculo de Estructuras lo llamaban rotura frágil). Aparentemente la estabilidad del edificio (económico, social e ideológico) es plena, y sólo un observador avezado puede percibir los síntomas del inminente colapso. Después, cuando el derrumbe se ha producido, todo el mundo es capaz de emitir profecías retrospectivas explicando perfectamente el hundimiento (algo así como el "ya lo decía yo" a propósito del pinchazo de la burbuja inmobiliaria). Estamos ante una situación análoga, en la que no podemos, o queremos, percibir las abundantes señales que el ecosistema planetario nos manda de que no puede más, que lo hemos literalmente agotado
Conclusión
En definitiva, Debemos tomar más conciencia de esta realidad  y evitar que cada vez más nuestro ecosistema se deteriore, las consecuencias serán fatales y nuestro porvenir está incierto. Tómese muy en serio lo que por ejemplo señala
tecnun.es, que, algunos de los ecosistemas mas preciosos de la Tierra están sufriendo daños que amenazan de forma importante su integridad. La selva tropical disminuye constantemente su extensión al ser talada y quemada. Los bosques templados se encuentran enfermos en grandes áreas de todo el mundo. Muchos suelos están en peligro de desertización por la excesiva erosión y su mal uso. Amplias zonas de coral pierden el color y mueren. Muchas especies están extinguiéndose o gravemente amenazadas. Estas y otras realidades de nuestro planeta son fenómenos lo suficientemente serios y graves como para alertar a la sociedad humana a que ponga los medios necesarios para frenar el deterioro

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