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martes, 1 de marzo de 2011

PARADIGMA ADMINISTRATIVO EN LA REALIDAD VENEZOLANA

Carlos Mora V.
"El hombre afirma siente tal pasión por los sistemas, por las deducciones abstractas, que está dispuesto a cerrar los ojos y a taparse los oídos ante la verdad, sólo para justificar su lógica". F. Dostoeisvki,           
Generalidades, consideraciones, alcance
Venezuela en los últimos años ha afrontado cambios drásticos en su escenario, productos de varios factores, desde la incidencia de la Globalización, nuevas alianzas, aperturas, crisis económica  , sin embargo, el  más determinante ha sido la incidencia del  Gobierno de la revolución Bolivariana gestada por su actual presidente, teniente-coronel Hugo Chávez, quien se ha propuesto instaurar el Socialismo del siglo XXI en el país, lo que ha conllevado a generar un nuevo paradigma que involucra cambios que han originado turbulencias, en lo político y económico y en donde el sector productivo empresarial del país no estaba preparado para ello.
Toda la realidad plena de incertidumbre, riesgo, ha incidido en el comportamiento organizacional de muchas empresas, especialmente las pymes que no estaban preparado para ello, aunado a otros aspectos que ha venido enfrentando el sector empresarial que involucra tecnología, avance de la ciencia administrativa, un nuevo estilo gerencial, visión más dinámica y estratégica que requiere dar paso a un nuevo paradigma a fin de afrontar los retos, los cambios si se quiere incursionar en los mercados tanto nacional como internacional .
 No hay que olvidar , que a través de la historia de la humanidad la filosofía y la epistemología han sido los pilares del desarrollo de las personas y cuando un paradigma nuevo, como dice Joel Barker, sustituye a otro se tiene que empezar de nuevo.
Por tanto, no sorprende que se diga, que la industria venezolana  independientemente de los efectos políticos, generados por el gobierno, esté actualmente ante un desafío de magnitud equivalente al que enfrentaron los pioneros del desarrollo industrial hace varias décadas. Se está en medio de una transición tecnológica y gerencial mundial que supone un salto cuántico en productividad y calidad. No se trata de avances tecnológicos en los productos o los procesos de una u otra industria, esos siempre los ha habido, Se trata del desarrollo de un conjunto de poderosas tecnologías genéricas, de aplicabilidad universal, capaces de transformar todas las industrias y todos los productos y de modificar profundamente las formas óptimas de organización de la empresa y las condiciones de competencia en los mercados. Ya no es posible sobrevivir, ni como empresa, ni como país, con los tradicionales niveles de productividad y calidad. Sea cual fuere la capacidad de la diligencia política para adecuarse al nuevo contexto mundial, la sobrevivencia y la prosperidad de las empresas depende de la capacidad de sus líderes para asumir el reto de su propia modernización. Eso exige comprender profundamente las características del cambio tecnológico y gerencial y la naturaleza de la globalización en los mercados. Sólo así se podrán distinguir los peligros de las oportunidades y sólo con esa comprensión se podrán diseñar estrategias exitosas para aprender a crecer y prosperar en ese nuevo contexto. Además de la velocidad, cambia también el rumbo del cambio tecnológico.
Lo cierto, que  se ha conformado un nuevo paradigma que orienta el "sentido común" de ingenieros, gerentes y empresarios, tanto para imaginar nuevos productos o procesos como para decidir sobre la trayectoria que habrán de seguir las innovaciones en las tecnologías existentes. Un nuevo paradigma que involucre los cambios, requerimientos que hoy los escenarios económicos demandan, en donde las empresas desempeñen su rol de acuerdo a una participación proactiva, dinámica, que permita abastecer los mercados, conquistar nuevos con el ofrecimiento de productos o servicios respaldados de calidad que satisfagan las necesidades que los consumidores demandan.
Considérese, como nos lo recuerdan algunos interesados en el tema,  que bajo el anterior paradigma de producción en masa, convertido en patrón tecnológico universal después de la II Guerra Mundial, se trataba de lograr la máxima homogeneidad y el mínimo de cambios. Se era dispendioso con las materias primas y la energía y ahorrativo con el uso de mano de obra. Se perseguían escalas cada vez mayores de producción, y en la mayoría de los casos, los productos también tendían a ser cada vez más grandes.
El presente requiere de otra visión de una gerencia más estrategas, optimizadora de resultados, producto de su atención al comportamiento de los actuales escenarios económicos y comerciales. Una gerencia que sepa que  hay  nuevos criterios para el desarrollo de productos y procesos. Por una parte, se favorece maximizar ciertas características: Una mayor flexibilidad y adaptabilidad para poder responder a los cambios del mercado; creciente modularidad a nivel de productos, para permitir combinaciones variadas (el ejemplo típico son las computadoras) y, a nivel de procesos, para facilitar el crecimiento sin capacidad ociosa; aumento constante de la precisión para cumplir con especificaciones estrictas sin desperdicio; una mayor validez de las decisiones, incorporando más y mejor información a los procesos decisorios a todos los niveles, y por ultimo, lo que es central al nuevo paradigma, maximizar la satisfacción del cliente con creciente calidad, oportunidad en la entrega, servicios adecuados y mejoras que responden a sus requerimientos.
 Hay que tomar en cuenta además, que el cambio debe orientarse a minimizar otro conjunto de características: Reducir o eliminar los desperdicios de cualquier tipo (materiales, energía, efluentes reciclables, rechazos, tiempo, etc.); acortar los tiempos de respuesta, persiguiendo el ideal del sistema "justo a tiempo" o sea la fabricación "halada" por la demanda; reducir las fallas, eliminando sus posibles causas de modo proactivo; rediseñar los procesos para minimizar el tiempo no productivo (transporte interno, actividades que no agregan valor, etc.), y evitar a toda costa la inversión ociosa, ya sea en equipamiento excesivo, en inventos o en cualquier otro rubro.
Se debe considerar. que es necesario una profunda reorientación del patrón tecnológico destinado a transformar radicalmente el tejido productivo local y mundial y el sentido común de todos los participantes.
La gerencia debe considerar en su nuevo paradigma, que cuando se decide competir en el segmento más estandarizado, la empresa tiene que prepararse para garantizar volumen, cumplir con las especificaciones básicas y enfrentar una fuerte competencia en precios. Eso significa profundo y creciente dominio de la tecnología del proceso de producción. En el extremo de "nichos", donde la adaptación a los requerimientos del cliente es lo central, importa mucho más la calidad y el servicio que el precio. Allí, el conocimiento de la tecnología del producto y la capacidad para modificarlo y mejorarlo para su adaptación a requerimientos especializados es la clave de la capacidad competitiva.
Las empresas venezolanas deben retroalimentarse en función de una gerencia que le proporcione los conocimientos de la ciencia administrativa moderna, que de paso a su nuevo paradigma en donde variables como los conocimientos administrativos y técnicos, habilidades, oportunidades, cambios, necesidades, consumidores, tecnología, recurso humano, capital, cultura organizacional, compromiso, productividad y operatividad, entre otros, son determinantes en saberlos integrar en función del éxito, participación de las empresas ante los requerimientos de los actuales escenarios, si realmente se quiere salir adelante.  
Recuerde  como lo han expuesto,  que un nuevo paradigma genera conocimiento, nuevos datos y por lo tanto, nueva información. Todo nuevo paradigma, "causa dolor" y pone en "peligro el status" y "poder de los distintos elementos del sistema". "Los grandes espíritus siempre encontraran violenta oposición de mentes mediocres".

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