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jueves, 13 de enero de 2011

SE DEBE ESTAR VIGILANTE ANTE LA AUTONOMIA Y LA DEMOCRACIA UNIVERSITARIA

Carlos Mora Vanegas
Democracia significa gobierno por los sin educación, y aristocracia significa gobierno por los mal educados. Gilbert Keith Chesterton
 La aprobación de la nueva ley  universitaria que la Asamblea Nacional llevó a cabo en la madrugada del 23 de diciembre del año pasado (2010), no podía  ser aceptada tal como sucedió por lo que ella representa, los vicios legales que abarca, artículos anticonstitucionales,  así, como la amenaza a lo más  sagrado de la universidad como es su autonomía, y la garantía que la democracia se manifieste en pro de su funcionalidad, responsabilidad social.
Según la Real Academia Española Autonomía es: “la potestad que dentro de un Estado tienen municipios, provincias, regiones u otras entidades, para regirse mediante normas y órganos de gobierno propios”.
Autonomía, en el ámbito universitario,  nos recuerda globovisión.com. es la posibilidad que tienen profesores, estudiantes, empleados y todos los que hacen vida dentro del recinto universitario de organizar y planificar que se hace dentro de esa comunidad.
  El artículo 9 de la Ley nacional de Universidades dice: las universidades son autónomas.
  Disponen de:
1. autonomía organizativa, en virtud de la cual podrán dictar sus normas internas.
2. autonomía académica, para planificar, organizar y realizar los programas de investigación, docentes y de extensión necesarios  para el cumplimiento de sus fines
3. autonomía administrativa, para elegir y nombrar sus autoridades y designar su personal docente, de investigación y administrativo;
4. autonomía económica y financiera, para organizar y administrar su patrimonio.
  Lo cierto, que la ley de educación que se apruebe con el concensuó de las partes involucradas, debe, como nos lo comenta enfoques365.net asegurar, que la Autonomía Universitaria es el medio a través de la cual la Universidad despliega su naturaleza crítica y deliberante dentro del propio Estado del cual ella es elemento integrante. Por ello la LEU no debe subordinar a la Universidad respecto a otras instituciones del Estado, ni hacer prevalecer en ella cualquier manifestación del Pensamiento Único. La autonomía universitaria le es tan esencial al Estado como la heteronomía del aparato militar. Un Estado sin Universidad autónoma es un Estado barbárico, incapaz de cultivar la inteligencia, la crítica, la investigación, el saber. Es un Estado que desprecia el conocimiento.  Sólo los estados autocráticos convierten a sus universidades en recintos que reproducen la heteronomía militar, un pensamiento único, la sumisión y la no deliberación, convirtiéndolas en espacios sin alma, sin vida. Pero en Estados que siguen ese modelo, se produce un desequilibrio orgánico, y tarde o temprano les llega un período de crisis de sus estructuras que termina por derrumbarlo, poniéndole fin al orden establecido. Ahora bien, comenta la fuente de acuerdo a los autonomistas de la UCV, que  la Autonomía Universitaria para que sea liberadora y para que pueda autorrenovarse requiere la menor sujeción posible a los otros poderes del Estado y/o a formas únicas y determinadas de concepciones del mundo. En ese sentido, los órganos del gobierno universitario de cada universidad deben gozar de las más amplias libertades de acción, y los órganos nacionales y regionales que coordinen e integren al sistema universitario no deben ejercer funciones que sobrepasen sus atribuciones de entes orientadores, coordinadores e integradores de los quehaceres particulares de las diversas universidades. Cada universidad debe preservar sus atribuciones para reglamentar los asuntos académicos y administrativos que le son propios y sus obligatorias relaciones de cooperación, coordinación e integración con los sectores público y privado.
Ahora bien con respecto a la democracia, se dice, que las ideas y proyecciones que se tengan sobre la democracia universitaria han de adecuarse al pleno reconocimiento de la naturaleza académica y meritocrática de las actividades universitarias. Ese reconocimiento determina que el ejercicio democrático universitario trasciende lo meramente electoral y que los falsos y contra natura igualitarismos (paridad del voto) contribuyen a la desnaturalización de los fines académicos universitarios. Tal como sucede también con las instituciones militares, y como lo establece el artículo 104 de la vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los procesos educativos son de tal envergadura que los procesos electorales universitarios y la composición cuantitativa y cualitativa de las diversas instancias del gobierno universitario deben subordinarse a las condiciones académicas y meritocráticas de la Universidad
 De aquí se comente, quelLa Universidad debe ser actora protagónica en los procesos de creación, ejecución, seguimiento, evaluación y renovación de las políticas del Estado Democrático. Iguales ideas deben prevalecer en las relaciones de la Universidad con las formas municipales y estadal de gobierno, así como con las formas de organización de las comunidades a las cuales debe servir la universidad. La gestión comunal universitaria debe servir a los fines de que la universidad y las formas propias de organización de las comunidades definan, amplíen, extiendan e intensifiquen las  labores propias del compromiso social universitario.
En definitiva hoy más que nunca, se debe velar por el respeto a la autonomía universitaria, lo que implica una nueva Ley de educación, su alcance , así como la necesidad ante los últimos hechos de contar con  un  frente democrático universitario, compuesto por todas las personas que posean una conciencia universitaria y que se comprometan con un proyecto de universidad plural, como lo comenta http://plano-sur.org/index, donde la discusión de las posiciones políticas no sea justificación de acciones de terror y amedrentamiento; un frente que fortalezca la universidad pública, no con base al señalamiento y amedrentamiento de las diferencias, sino con base a una ampliación de la democracia universitaria, una ampliación de la polémica, a la apertura de sus cátedras, foros, seminarios y demás espacios de participación a todas las vertientes y posiciones del arco iris político, y a la defensa de la pluralidad contra todo trabajo de terror, de amenazas de desaparición y muerte, contra toda manifestación de violencia dentro del campus universitario, y contra toda política de exclusión y eliminación sistemática de los miembros de los estamentos universitarios.
*Fuentes de información señaladas y diferentes páginas web


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