Carlos Mora Vanegas
“La alta tecnología nunca apoyará al número de empleos que estamos perdiendo”
Sol Chaikin
“En defensa de los derechos de la sociedad, el Ejecutivo Nacional hará válidas las previsiones legales y morales que obligarán a los institutos de educación superior a la divulgación de informes periódicos de carácter público...La universidad se debe a la sociedad y la manera más expedita de iniciar esa vinculación es rindiéndole cuentas a ella, preferiblemente breves, actuales y de clara comprensión... nada de informes tardíos, largos, escritos en lenguaje críptico”
Gustavo Roosen.
Resumen
¿Qué están haciendo las universidades nacionales por formar a los profesionales requeridos ante la necesidad de escenarios que son muchas veces turbulentos, dinámicos, en donde se necesita de conocimientos, acciones que les permitan ser correctamente interpretados? Por supuesto es una pregunta que no se puede ignorar, puesto en el caso venezolano es crítico, porque los resultados no han sido los esperados, cada día se gradúan profesionales, como licenciados en administración que pasan a formar parte de un gran número de desempleados que transitan por las principales ciudades del país.
El objetivo de este artículo es tratar de analizar, interpretar cuál es el rol de la educación y el nuevo ambiente, que nos permita tomar aquellas acciones que permitan mejorar nuestra realidad.
Generalidades, consideraciones
Las aportaciones de H. Alan Raymond (Administración en la Tercera Ola , 1988) han sido muy significativas y merecen tomarse en cuenta, nos dice, que el sistema educativo todavía está cargado hacia el desarrollo de la gente a través del entrenamiento por fórmula no a través del pensamiento creativo- aspecto que comparto plenamente- El contexto ha cambiado, no obstante seguimos buscando una fórmula en vez de tratar de desarrollar un proceso interactivo que requiera pensamiento.
Considero cada vez más necesario que tanto la Escuela de Administración y sus postgrados, especialmente el de Faces de la Universidad de Carabobo, requiere de cambios, reestructuración en sus pensum académico, que garantice una interpretación real de las necesidades del entorno, de lo que realmente demanda el sector empresarial de la región y del mismo país, puesto, que es cierto, como señala Raymond, las puntuaciones de aptitud escolástica y la medida del éxito académico decayeron seriamente durante este período de transición. Justamente, esta caída no solo indica que el sistema educativo pueda estar perdiendo su capacidad de relacionarse con la sociedad de la tercera ola y los negocios, sino tal vez, que el sistema pueda no saber que medir, como desafortunadamente ha sucedido en nuestro medio.
Raymond, nos destaca que el sistema educativo es el origen de muchas dificultades experimentadas por muchas corporaciones al tratar la transición. Ha producido mentes de un solo sentido que han seguido ciegamente las fórmulas y han llevado a sus corporaciones al borde del desastre durante la transición. Este marco de fórmula de un sentido es el producto de un sistema educativo de la segunda ola que fue lanzado a producir productos para una jerarquía mecánica y administración por fórmula, y no para los procesos orgánicos necesarios en la tercera ola dinámica. La falla del sistema educativo de mejorarse con rapidez es un impedimento primario para el individuo tanto como para la adaptación de la corporación a la tercera ola.
A quienes tenemos la responsabilidad de formar profesionales, nos preocupa seriamente la decadencia del nivel educativo de Venezuela, en donde los efectos negativos se detectan desde la primaria, secundaria, universidad y estudios de postgrados, que requiere de soluciones, de cambios, si queremos salir adelante. De aquí, cómo no preocuparnos por ejemplo, que si en un país como los Estados Unidos existen problemas en su educación y cuentan con los recursos necesarios, qué será de nosotros que todavía luchamos por nuestro desarrollo, porque no meditar sobre lo que nos señala el Dr. Willian Miller, presidente de SRI, de que más del 50% de los bachilleres estadounidenses graduados son en la práctica iletrados; es decir, no tienen habilidades mínimas necesarias para sobrevivir y prosperar en la economía de hoy. Por ejemplo, no pueden no siquiera cotejar una chequera. No pueden hacer y seguir un presupuesto simple. No pueden leer una póliza de seguros y comprender por lo que están pagando y contra qué están protegidos. No tienen habilidades de teclado, ni siquiera en máquinas de escribir, mucho menos en teclados de computación o de lo que se estará tratando en el futuro.¿Qué será de nuestros bachilleres que se gradúan con grades deficiencias académicas?
Los graduados de hoy señala Raymond, no están preparados para la tercera ola: El sistema educativo debe volverse orgánico y debe ser apuntado hacia el ambiente dinámico de hoy. Para llegar a ser orgánica la educación debe cambiar, de producir productos obedientes y dóciles para las jerarquías mecánicas a producir individuos que puedan llegar a ser empresarios creativos y pensantes. La educación debe cambiar del entrenamiento masivo al cultivo individual en el que el énfasis está en autoaprendizaje, no en la regurgitación de una fórmula aprendida de memoria.
Conclusión
En el caso venezolano, la universidad debe abrirse más, lograr un contacto con la comunidad, tratar de interpretar su entorno, realizar las investigaciones que le indiquen que tipo de profesional requiere y de una vez por toda, adaptar su curriculum a las necesidades que se demandan. Tiene una vez por todas, valerse de un verdadero equipo de docentes, investigadores, autoridades comprometidas por el rescate de la educación, de formar, preparar, profesionales con el sello de excelencia, garantes del crecimiento y desarrollo del país.
Docente titular del Área de Postgrado de Faces, Universidad de Carabobo
Anotaciones de la cátedra Tópicos gerenciales, Programa especialidad Gerencia de la calidad y productividad
Exatec. Carmorvane@gamil.com
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